Situaciones en las que no me gustaría que me agarrara un fuerte temblor.
Recientemente se han sentido algunos sismos un poco intensos (y muy seguidos, por cierto) y eso me hace pensar en algunas situaciones en las que no me gustaría estar, si alguna vez se le ocurre a la "madre tierra", moverse más de lo normal.
1. Durmiendo. Cuando un temblor es mayor a 5.9, ya se sienten "ñañaras" al sentir que todo se mueve y truena. Tengo la costumbre de dormir solo con una camiseta, así que me entra el pánico cuando pienso en que puede temblar en la noche, se vaya la luz y yo sin mucha ropa que me tape (aunque en esas situaciones, quien se va a fijar si uno sale medio desnudo a la calle).
2. Bañándome. El punto es parecido al de arriba, solo que si me agarra bañándome, espero tener la toalla a la mano.
Anécdota a este punto.
Vivía en el departamento 6, de aquel edificio que de vez en cuando añoro. Teníamos un vecino al cual le apodaban "el maestro" ya que se dedicaba a esta profesión. El tipo era bien parecido, muy varonil, aunque muchos decían que era gay (¡que jodidos les importaba!).
Vivía en el departamento 6, de aquel edificio que de vez en cuando añoro. Teníamos un vecino al cual le apodaban "el maestro" ya que se dedicaba a esta profesión. El tipo era bien parecido, muy varonil, aunque muchos decían que era gay (¡que jodidos les importaba!).
Un temblor fuerte hizo que todos salieran de sus casas (ese día yo no estaba) pero me cuenta mi madre que "el maestro" salió sin ropa, puesto que se estaba bañando. ¡El taco de ojo que se dieron!
Ese día el tema de conversación no fue lo fuerte del temblor, si no de lo bien dotado que estaba "el maestro". Ja!
3. En el baño. ¿A quién le gustaría sentir un temblor y estar como el tigre de Santa Julia? Yo, paso.
4. Lloviendo. Si el temblor es muy fuerte, habrá que salir de casa, ya sea en el día o la noche, la lluvia no sería muy favorecedora, siendo que hay que buscar un lugar en donde no pueda caer nada, estarías mojándote mientras pasa el temblor.
5. En la noche. No me gustan los temblores nocturnos, ya que uno se puede encontrar en alguna de las situaciones anteriores y, vuelvo al punto de la luz, si cortan la corriente eléctrica, quizá el susto sea mayor que el mismo temblor.
Ese día el tema de conversación no fue lo fuerte del temblor, si no de lo bien dotado que estaba "el maestro". Ja!
3. En el baño. ¿A quién le gustaría sentir un temblor y estar como el tigre de Santa Julia? Yo, paso.
4. Lloviendo. Si el temblor es muy fuerte, habrá que salir de casa, ya sea en el día o la noche, la lluvia no sería muy favorecedora, siendo que hay que buscar un lugar en donde no pueda caer nada, estarías mojándote mientras pasa el temblor.
5. En la noche. No me gustan los temblores nocturnos, ya que uno se puede encontrar en alguna de las situaciones anteriores y, vuelvo al punto de la luz, si cortan la corriente eléctrica, quizá el susto sea mayor que el mismo temblor.
Sé que debería tener una adecuada prevención en cuanto a tener todo lo necesario a la mano, documentos importantes, lampara, radio de pilas, llaves; todo junto en algún lugar accesible, para cuando suceda dicho movimiento telúrico sea fácil agarrar y salir "corriendo" del lugar, pero no.
Lamentablemente muy poca gente que, aún después de que vivió el terremoto de 1985, son pocos los que llevan a cabo algún plan de prevención o que tienen lo antes mencionado guardado en una bolsa/mochila para cuando algo así pase.
Yo tenía 5 años cuando esto pasó así que dejó los poquísimos recuerdos que tengo del 19 de septiembre de 1985:
No recuerdo si fue en la mañana o la réplica de la noche. Estaba jugando con una lata, reflejando la luz en una de las paredes; de ahí mis recuerdos brincan y recuerdo a mi madre, hincada en un espacio entre la mesa y el refrigerador abrazándonos a los tres (R. de 2 años, Mangos de 7 meses y yo).
Tiempo después supe todo lo que ese terremoto causó, y nuestro "plan de contingencia" era:
- Si estábamos solos los tres (como sucedía la mayoría de los casos) y el temblor era muy fuerte, teníamos que salir de casa e irnos al parque que estaba a unas cuadras; ahí tendríamos que esperar a que llegara mi madre.
- Si estábamos todos en casa, seguir las indicaciones de mi madre.
- Si cada quien andaba por su lado (como también sucedía muy a menudo) el punto de reunión era dicho parque.
¿Y la mochila/bolsa donde se supone que estaría todo lo necesario para un desastre de la magnitud del 85? Creo que estaba en casa, esperando a que nos acordáramos de ella.
Lamentablemente muy poca gente que, aún después de que vivió el terremoto de 1985, son pocos los que llevan a cabo algún plan de prevención o que tienen lo antes mencionado guardado en una bolsa/mochila para cuando algo así pase.
Yo tenía 5 años cuando esto pasó así que dejó los poquísimos recuerdos que tengo del 19 de septiembre de 1985:
No recuerdo si fue en la mañana o la réplica de la noche. Estaba jugando con una lata, reflejando la luz en una de las paredes; de ahí mis recuerdos brincan y recuerdo a mi madre, hincada en un espacio entre la mesa y el refrigerador abrazándonos a los tres (R. de 2 años, Mangos de 7 meses y yo).
Tiempo después supe todo lo que ese terremoto causó, y nuestro "plan de contingencia" era:
- Si estábamos solos los tres (como sucedía la mayoría de los casos) y el temblor era muy fuerte, teníamos que salir de casa e irnos al parque que estaba a unas cuadras; ahí tendríamos que esperar a que llegara mi madre.
- Si estábamos todos en casa, seguir las indicaciones de mi madre.
- Si cada quien andaba por su lado (como también sucedía muy a menudo) el punto de reunión era dicho parque.
¿Y la mochila/bolsa donde se supone que estaría todo lo necesario para un desastre de la magnitud del 85? Creo que estaba en casa, esperando a que nos acordáramos de ella.