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7/8/14

Nada...

Y se dio cuenta de que estaba prisionera,  no en el sentido literal,  era algo más complejo. Sí, es verdad que nunca le prohibió nada,  pero las actitudes  y comentarios que adoptaba es como si en realidad estuviera plasmada.  

Ahora se daba cuenta de que la palabras independencia, individualidad  y libertad tenían otro significado. 

Le molestaba de sobremanera ese ligero pero tan marcado poder que él ejercía,  había logrado que sintiera culpa por lo que pensaba,  sentía o deseaba.  

Había dejado de lado,  planes o proyectos que en algún momento pensó que eran de dos.  Vió como poco a poco dejaba de ser ella para convertirse en lo que juro nuncase convertiría.

Lo que más le molestaba era no sentirse con la libertad de decidir si salir,  comprar,  visitar; se había vuelto tan sutil ese chantaje del "no hay dinero"  "no hay tiempo"  "no se puede"  que terminó por creer que ya no valía la pena ni siquiera pensarlo. 

La hizo sentirse inútil.  Cada qué tenía un plan y lo comentaba,  solo escuchaba "cuando los niños crezcan"  "a que hora si no hay tiempo"  "si vas a ganar más que yo, hazlo" . Todos y cada uno de sus comentarios se fueron quedando en ella,  creyendo que todo es verdad... 


Continuará

25/5/14

Top 5 de:

Situaciones en las que no me gustaría que me agarrara un fuerte temblor.

Recientemente se han sentido algunos sismos un poco intensos (y muy seguidos, por cierto) y eso me hace pensar en algunas situaciones en las que no me gustaría estar, si alguna vez se le ocurre a la "madre tierra", moverse más de lo normal.

1. Durmiendo. Cuando un temblor es mayor a 5.9, ya se sienten "ñañaras" al sentir que todo se mueve y truena. Tengo la costumbre de dormir solo con una camiseta, así que me entra el pánico cuando pienso en que puede temblar en la noche, se vaya la luz y yo sin mucha ropa que me tape (aunque en esas situaciones, quien se va a fijar si uno sale medio desnudo a la calle).

2. Bañándome. El punto es parecido al de arriba, solo que si me agarra bañándome, espero tener la toalla a la mano.

Anécdota a este punto.

Vivía en el departamento 6, de aquel edificio que de vez en cuando añoro. Teníamos un vecino al cual le apodaban "el maestro" ya que se dedicaba a esta profesión. El tipo era bien parecido, muy varonil, aunque muchos decían que era gay (¡que jodidos les importaba!). 

Un temblor fuerte hizo que todos salieran de sus casas (ese día yo no estaba) pero me cuenta mi madre que "el maestro" salió sin ropa, puesto que se estaba bañando. ¡El taco de ojo que se dieron! 

Ese día el tema de conversación no fue lo fuerte del temblor, si no de lo bien dotado que estaba "el maestro". Ja! 

3. En el baño. ¿A quién le gustaría sentir un temblor y estar como el tigre de Santa Julia? Yo, paso. 

4. Lloviendo. Si el temblor es muy fuerte, habrá que salir de casa, ya sea en el día o la noche, la lluvia no sería muy favorecedora, siendo que hay que buscar un lugar en donde no pueda caer nada, estarías mojándote mientras pasa el temblor.

5. En la noche. No me gustan los temblores nocturnos, ya que uno se puede encontrar en alguna de las situaciones anteriores y, vuelvo al punto de la luz, si cortan la corriente eléctrica, quizá el susto sea mayor que el mismo temblor. 

Sé que debería tener una adecuada prevención en cuanto a tener todo lo necesario a la mano, documentos importantes, lampara, radio de pilas, llaves; todo junto en algún lugar accesible, para cuando suceda dicho movimiento telúrico sea fácil agarrar y salir "corriendo" del lugar, pero no. 

Lamentablemente muy poca gente que, aún después de que vivió el terremoto de 1985, son pocos los que llevan a cabo algún plan de prevención o que tienen lo antes mencionado guardado en una bolsa/mochila para cuando algo así pase.

Yo tenía 5 años cuando esto pasó así que dejó los poquísimos recuerdos que tengo del 19 de septiembre de 1985:

No recuerdo si fue en la mañana o la réplica de la noche. Estaba jugando con una lata, reflejando la luz en una de las paredes; de ahí mis recuerdos brincan y recuerdo a mi madre, hincada en un espacio entre la mesa y el refrigerador abrazándonos a los tres (R. de 2 años, Mangos de 7 meses y yo). 

Tiempo después supe todo lo que ese terremoto causó, y nuestro "plan de contingencia" era: 

- Si estábamos solos los tres (como sucedía la mayoría de los casos) y el temblor era muy fuerte, teníamos que salir de casa e irnos al parque que estaba a unas cuadras; ahí tendríamos que esperar a que llegara mi madre.

- Si estábamos todos en casa, seguir las indicaciones de mi madre.

- Si cada quien andaba por su lado (como también sucedía muy a menudo) el punto de reunión era dicho parque.

¿Y la mochila/bolsa donde se supone que estaría todo lo necesario para un desastre de la magnitud del 85? Creo que estaba en casa, esperando a que nos acordáramos de ella.




5/5/14

"CHOPIN" CHOCANTE

Lo admito, no soy una fanática de las compras (y con compras, me refiero a eso que muchas mujeres hacen y las vuelve locas) No me gusta mucho eso de ir a buscar ropa, zapatos, maquillaje (aunque solo use rimel y delineador) o ropa interior.

Cuando voy a comprar ropa, me desespera porque no se que talla escoger, chica, extra chica, anorexica o talla esqueleto ya que no entro en ninguna de esas categorías (ni en la ropa, sniff). ¿Quién tuvo la grandiosa idea de que la ropa "bonita" tenía que hacerse en tallas hiper chicas? Ok, no toda la ropa tiene ese problema, pero toda la ropa que me gusta, al preguntar las tallas que manejan, nunca hay una para una mujer promedio como yo (se leyó más bonito).



Por el trabajo que tengo no puedo vestirme como me gustaría, algo mas o menos así:


Bueno, quitemos los accesorios como la bolsa, los aretes (que no uso desde hace ya varios años), los zapatos tampoco me gustan (así que YO los sustituyo con unas botas) y concentrémonos solo en el pantalón y la blusa.

Eso de tener un negocio, no es muy bueno para mi imagen personal (digo, a veces  no esta demás vernos mejor de los que nos sentimos) podría andar con ropa como la antes mostrada, pero eso de andar en chinga todo el día, de aquí para allá no es muy bien recibido por mis pies (si es que uso botas) y la ropa no sería muy cómoda la estar trepándome en bancos para bajar cosas, agachándome y todo eso (el pantalón de mezclilla si es un buen aliado). Así que tengo que acudir a mi bien adoptado (y nada gustado) look masculino de playeras, pantalón de mezclilla y tenis. Y si, puedo darme cuenta que no es muy femenino ya que varias veces me han dicho joven, rectificando ya cuando (imagino) se dan cuenta de que soy "fémina". 

Así que he estado tratando (aclaro, tratando) de hacerme de algunas blusillas menos masculinas y más cómodas estilo femenino, aunque no he tenido mucho éxito.

Otra cosa que DETESTO comprar es ropa interior, ¿porque carajos mientras más grande es la talla, mas fea es la ropa? El ir a comprar ese tipo de ropa es frustante y desmotivante porque pasa casi igual que con la ropa exterior, veo modelos "coquetos", combinación de colores agradables, pero al preguntar por la talla, o es un: -No, esa talla no la manejamos; o me muestran algo como esto: 




¿No es horrible? Llegar, babosear y que te salgan con estas cosas, luego porque uno termina usando tallas que en vez de ser cómodas, resultan un martirio cada que te las pones.

Buscando por ahí, encontré una página donde venden lencería para "mujeres normales" y se anuncia así: "Línea especializada en tallas D+, Ofrecemos tallas 32-44 D, DD, F y G".

Me he dado una vuelta por su página y encontré modelitos bastante atractivos:
     
  
En esta tienda, se dice que cuenta con atención personalizada, o sea, que si no sabes que talla eres, ahí te miden y todo ese rollo, no esta muy lejos, pero híjole, los precios no son tan accesibles como los de las tiendas de ropa interior de abuelita. Los precios oscilan entre los $700 y $900 pesos y me pregunto ¿no es algo exagerado? Quizá un día me de una vuelta para ver si valdría la pena gastar tanto en dos pedazos de tela.

Otra cosa con la que soy medio mamona quisquillosa para comprar son zapatos o tenis, puedo caminar y caminar viendo modelos y a la hora de la comprada no me gusta ninguno, me suele pasar que cuando no voy en busca de estos, encuentro varios de mi gusto, pero cuando voy decidida a comprarlos, ya no hay, así que tengo que empezar la búsqueda de nuevo.

En cuanto al maquillaje es un poco más sencillo, ya que no soy de las que usa corrector, base y todas esas madres que se ponen algunas en la cara, soy un poco más práctica en ese aspecto.

Rimel: solo busco que sea resistente al agua y no necesariamente de marca. En algunas ocasiones probé los de marcas reconocidas (esos que son carísimos) pero (afortunadamente para mi bolsillo) no me sirven. 

Delineador: con que sea un lápiz delineador color negro, es más que suficiente.

Gloss: esos brillitos con sabores a frutas son buenos aliados cuando hay que ir a una reunión mas formal. Podría decirse que uno o dos labiales conforman mi "cosmetiquera" pero no los uso muy seguido. 


Pero digo, mejor sufro con eso de las compras a esperar a que me regalen lo antes mencionado ya que cuando me obsequian algo, siempre es mas desmotivante, ya que muy pocas (poquísimas veces) resulta ser algo que me agrade.


22/4/14

Top 10 de:

Grandecitos con los que si me aviento un affair.

Dicen que soñar no cuesta nada, así que nada me quita imaginar que si algún día, se me presentara la oportunidad de pasar una noche de pasión con alguna "celebridad", estos son algunos mayorcitos con los que, la verdad, no me pondría mis moños y accedería a todas sus peticiones.

1. Eddie Vedder (49). Como decirle que no, aunque nada más sea un ratito, ja!.



2. Bruce Willis (59). Sonríe y pídeme lo que quieras. 


3. Brad Pitt (50). A quien no le gustaría tener entre sus anécdotas una noche con Brad. Dicen que no huele nada bien, pero ¿importaría? Tendría que tenerlo muy cerca para averiguar si el olor sería un impedimento para aventarse a hacer"aquellito".


4. George Clooney (52). Con bata de doctor o de Batman (aunque no haya sido el mejor, pero el traje le queda... ¡¡uff!!) 



5. Will Smith (45). No esta tan mayorcito como los anteriores, pero debo admitir que tiene ese "no sé qué, que, qué se yo" 


6. Johnny Depp (50). Tan multifacético él, ¿lo será en los menesteres del amor? Me gustaría averiguarlo.


7. Ben Affleck (41). Otro que no llega a los 50, pero de que esta bueno, esta bueno.


8. Antonio Banderas (53). Como olvidar a Armand (Interview with the vampire), aunque el look de flaco que trae hoy en día, como que no le sienta del todo bien.



9. Keanu Reeves (49). Tiene el look de pandroso que me gusta.



10. Ricky Martín (42). Si, es gay, pero ¡y que! nada cuesta soñar.



9/3/14

¡Qué alguien me explique!




Al tener un negocio en el que tengo interacción con la gente, me he dado cuenta de que los adolescentes de estos tiempos son muy diferentes a aquellos adolescentes de hace unos 20 años.

Se podría pensar que con toda la ola de tecnología que hoy en día hay, los jóvenes estarían mayor informados de todos lo temas, porque no simplemente se puede hacer referencia a uno especial. Tienen al alcance de su mano ( o dedos, cualquiera que sea el caso) TODO lo que quisieran saber, a lo que uno de adolescente, solo podía accesar a toda esa información en bibliotecas, periódicos, revistas, centros de salud o de lo que dice el amigo, del primo del vecino.

Y no solo es mi opinión, he platicado con diferentes personas y llegamos al mismo punto: los jóvenes de hoy (y más las mujeres) no tienen hambre de superación, muchos y muchas del rumbo tienen metido en la cabeza que solo les basta con terminar la secundaria y ser mantenidas por el primero que se deje (o que se embarque) o ser maestros de zumba. Si, con tan solo 15 años, terminaron la secundaria y se embarazaron, NIÑAS que apenas y pueden cuidarse a si mismas y ya tienen la responsabilidad de cuidar a alguien más, que no saben trabajar y que siempre han dependido de los padres, y que ahora tendrán que hacerlo para poder criar a sus hijos.

Con una de ellas llegué a platicar sobre el tema. Ya en una ocasión había pasado por el "susto" de un retraso, llegando a preguntarme sobre la pastilla de emergencia. - "No tienes ninguna necesidad de estarte angustiando" -le dije - "Cuando quieras puedo llevarte a un lugar donde te pueden dar toda la información que necesites, de como cuidarte para que puedas disfrutar en lugar de preocuparte, porque seria ilógico decirte que no lo hagas, porque uno es bien necio, pero cuídate, que apenas tienes 15 años y te falta mucho por hacer". Recomendación ignorada.

Se habla mucho sobre los valores que hoy en día ya no hay, que los padre son más permisivos y liberales, aunque creo que la libertad que uno le da a sus hijos no tiene porque estar peleada con algunos de los valores como la responsabilidad, el respeto por ellos mismo y hacia los demás y dejarles en claro todo aquello que puede o no pasar si se toman decisiones precipitadas. Sabemos que está de más tratar de que entiendan en una edad en la que sienten que pueden comerse al mundo, pero siempre tenemos que estar poniendo atención a lo que sucede al rededor.

¿Por qué están tan mal informados? Creo la información se maneja de manera equivocada, quizá a conveniencia de unos y la ignorancia de otros, el pensar que se está "a salvo" de todo lo que se lee o se oye es un pretexto para no cargar con responsabilidades o bien, dejárselas a alguien más, cuando en realidad la prevención empieza por uno mismo.

Pero es tiempo en que si la libertad esta en toda su expresión , ni siquiera se tomen la molestia de darse un vuelta, aunque sea por mera curiosidad. Ya no es como antes, de que ibas a pedir información y te salían con su jalada de: -"Tienes que venir acompañado de un adulto para que se le proporcione la información que solicita"- ("¡Pero que demonios, si se supone que por eso vengo casi, casi a escondidas!" De ahí mi aberración hacia las instancias de salud gubernamentales) Ahora las enfermeras son más dóciles accesibles que aquellas enfermeras de antaño, están en la mejor disposición de brindar información y hay tantos métodos tan discretos y eficientes (no para mi) que bien se puede disfrutar del momento (o momentos), pero pareciera que la mentalidad de: "a mi no me va a pasar" sigue en boga y se propaga como vil epidemia. 

¡¡Estamos jodidos!!

23/2/14

De cortes y otras cosas...


Recuerdo tener como 11 o 12 años,  cuando mi madre comenzó a economizar en casa debido a que las cosas no andaban bien, ya que tenía poco que nos habíamos vuelto una familia chiquita y rota.


Comenzó economizando en la comida, comprando siempre lo mas barato y rendidor porque, déjeme le cuento, siempre hemos sido de buen diente. 

El menú que consistía en:

Sopa o arroz (infaltable para que nos "llenáramos")
Albóndigas
Tacos dorados (de lo que estuviera más barato, res o pollo)
Pechugas empanizadas (lo que en realidad eran muslos)
Bistec en jitomate (corazón de res)
Hígado encebollado o en su defecto empanizado (el cual me rehúso a comer)
Muslos o piernas de pollo con jitomate y papas (a todo lo que llevara caldillo de jitomate le ponía papas, cosa que, hasta la fecha, evito en todo lo posible)
Milanesas empanizadas
Ensalada (algo que me gustaba cuando hacia empanizados era esa ensalada de lechuga, aguacate, pepino, cebolla, limón y sal ¡deliciosa!)
Caldo de gallina (mandando a mangos, porque siempre le daban mucho)
Leche (de la conasupo, por supuesto)
Cereal (chachitos)

A todo esto, se le agregaron diferentes formas de economizar, y las mas aterradora de todas llegó cuando mi madre se entero que en el deportivo "Pino Suárez",  el cual se encontraba a unas calles de casa, daban clases de "belleza". No se como, peo mi madre se hizo amiga de la maestra que impartía los cursos, le dijo que hacían cortes gratis, los cuales, solo dándole una mínima propina a las estudiantes, te cortaban el cabello.

Como era  de esperarse, las aprendices apenas y tenían noción de lo que era cortar el cabello (de ahí lo de APRENDICES) pero al tener 3 hijos y un sueldo no tan bueno, decidió llevarnos ahí para que practicarán con nosotros nos cortaran el cabello.

¡H-O-R-R-I-B-L-E! 

Era terrorífico decirle a mi madre que necesitaba un corte, sobre todo porque al estar en una edad en la que los niños empiezan a tener un significado diferente al de amigos, y se quiere "competir" para pasar la frienzone, la apariencia también toma otra definición. Las primeras veces no había mucho que hacer, ya que solía usar el cabello corto:



(así de corto)

Así que solo era un despunte y listo. Quise dejarlo crecer, y no fui en mucho tiempo, así que mi cabello creció un poco más abajo de los hombros y comenzó a maltratarse. - Vamos con la maestra para que te lo arregle porque ya lo tienes muy feo- dijo mi madre. Accedí.

E-R-R-O-R... terminaron haciendo de mi cabello una muestra de peluca como con tres cortes diferentes, lo que me tomó dejarlo crecer valió para pura madre porque termine con una parte de mi cabello tan corta como la de la imagen, el colmo fue, que al día siguiente tomaron la famosísima foto de grupo, en la cual, obviamente salgo con cara de pocos amigos y odiando mi cabello (y las fotos en si).

A partir de ese día suelo usar el cabello sujeto con una liga (muy pocas veces lo llevo suelto) lo he dejado crecer y no me aventuro a probar cortes de cabello complicados, así que si algo tengo que agradecer a esa experiencia, en esos años, traumática, es que no derrocho dinero en estéticas, tintes, uñas o en todo aquello que se vea tan artificial.